Cuando hablamos de amor

Cuando hablamos de amor web un te contigo

«Y él había suspirado entonces y ella le había dicho «qué».
Y él le había respondido «nada»,
como respondemos cuando estamos pensando «todo».
«Sobre héroes y tumbas»
Ernesto Sabato

Cuando hablamos de amor

Feliz día! 😉

Después de la encuesta que puse en Instagram el otro día donde os preguntaba sobre qué tema queríais que os hablara, salió por casi un 70% que os gustaría leer sobre el amor. Y aunque no lo parezca, hablar sobre este tema siempre es un reto.

En un tema tan amplio que da para escribir muchísimo, por lo que he decidido dar pinceladas rápidas basadas en mi experiencia, en mis conocimientos y en mis creencias. Intentaré ser breve y resumir algo que siempre ha estado latente en la mayoría de las conversaciones. Así que ahí va.

¿Quién sabe realmente del amor?

Creo que sabe de amor quien ama. Quien a pesar de los tiempos que nos han tocado vivir se da una oportunidad y se lanza, una vez más a conquistar sus miedos. Y el amor engloba absolutamente todo. Así que en parte, todos somos unos expertos en amor. Sin necesidad de más etiquetas.

Podremos estar equivocados/as. Tendremos formas peculiares de amar, más o menos aceptadas, con mayor o menor calidad o en mayor o menor cantidad.

Reconozco que es una de las sensaciones más maravillosas del mundo. Y no me extraña que casi todos salgamos a la calle en busca de esa droga fabulosa que nos hace sentir tan bien, donde vemos el mundo pintado de colores a cada esquina que doblamos.

El amor no deja de ser un chute de emociones, energía y hormonas (como la dopamina) que nos ciega incluso a la hora de poder tomar decisiones en nuestro sano juicio.

Es posible que con el tiempo, las experiencias y lo acumulado en nuestra existencia, tengamos alguna cicatriz, algún rasguño, alguna idea en nuestra cabeza que no nos hace vivir el amor desde la plenitud, desde la calma y la serenidad.

Sin embargo, hay tantas formas de amor (y amar) como personas. Y todos a lo largo de nuestra vida vamos cambiando, evolucionando, transformando nuestras creencias, nuestras experiencias que nos marcan. Así que, haced cuentas!

Todas las personas sabemos algo de amor, básicamente desde que empezamos a tener uso de razón. ¿Te has preguntado cómo quieres que te quieran? ¿Cómo quieres tú?

Y por cierto, no nos olvidemos de algo ¿Dónde queda entonces el amor propio? Pues sí, no nos olvidemos de él.

¿El amor duele?

Que nos traicionen, que nos hagan daño, confiar y sentir que no es correspondido en la misma medida… Si el amor provoca desvelos, el desamor muchos más.

Pensar que vuelvan a hacernos daño, darle mil vueltas a la cabeza y sufrir de forma innecesaria con pensamientos circulares, tóxicos e incluso a veces, sin fundamento alguno (deberíamos tener alguna conversación con nuestro ego), o con todos los argumentos evidentes…

Vamos a sentarnos un momento y reflexionar, dejando a un lado la mochila que cargamos con el pasado. Si en este preciso momento, en el aquí, en el ahora, hay paz y serenidad, si fluye, es el lugar.

Entonces, ¿el amor duele? NO. Lo que duele es la actitud de esa persona. Su comportamiento, esa falta o ausencia de sentido, sentimientos y amor.

Así que déjame que te diga una cosa: si por cualquier motivo estás atravesando un momento difícil en tu relación o por el contrario, ya ha terminado, sólo te queda el amor propio. Si alguien no quiere estar a tu lado (o has decidido que no debe estar), sigue respirando. Duele. Pero pasará.

¿Es el amor en sí, un acto de fe?

¿Acaso estar vivios/as no lo es? ¿Qué hace que te enamores o te guste una persona y no otra?

Salimos ahí fuera y pensamos que vamos a regresar a casa. Imaginamos un posible viaje en unos años y creemos que lo vamos a hacer realidad. Confiamos en que mañana va a salir el sol porque no tenemos evidencia que nos haga pensar otra cosa.

Nadie es propiedad de nadie, pero en parte, cuando damos lo que somos, un trocito de nosotros/as queda en la otra persona. Se produce esa simbiosis que provoca reacciones y esperamos obtener en la misma medida. Quien diga lo contrario, se está engañando.

Pero no lo confundamos. La fe es algo que se siente y que debe ser mutuo. Debe ir en ambas direcciones.

La confianza y el respeto deben estar presentes desde el primer día. Tener fe en la relación no es pensar que todo va a funcionar porque sí. Un milagro no es un acto de fe.

¿Me arriesgo?

Sí. Esa es siempre la respuesta.

Todo implica un riesgo en esta vida. Enamorarse, querer, lo es. Es una inversión (aunque la palabra en sí parezca algo fría). Sin embargo, si mantienes una conversación contigo: ¿Cómo te hace sentir estar con esa persona? ¿y si te escuchas un poco más? Mira las palabras, pero también los hechos y acciones.

Entonces, ¿Cuántas personas forman una relación?

Nos han dicho siempre que una relación es cosa de dos. Y no. Una relación no es de dos personas solo. En una relación siempre está el (con todo lo que implica su mundo, familia, sus amigos, sus cargas, sus creencias, trabajo etc), el YO (con todo lo que eres, tienes, quieres, esperas etc) y ese NOSOTROS que se forma (nueva familia, nueva casa, nuevas expectativas, miedos, economía…)

¿Eres consciente de cuántas personas forman parte de eso que crees que es cosa de dos? No voy a hablar de esas relaciones abiertas, o donde hay más miembros (y la otra persona no lo sabe, o lo sabe y hace la vista gorda). Me refiero a esa relación sana en la que dos deciden hacer un TODO.

¿Quién iba a pensar que era fácil? Cierto. Requiere trabajo constante, esfuerzo, cariño y mantenimiento diario.

Cuando hablamos de amor no es fácil manejar todo ello. Una vez se esfuma esa chispa del principio queda lo que se trabaje. No hemos nacido con un manual de instrucciones para vivir, pero tampoco para el amor. Y eso es algo que no viene en los libros. Al final, improvisamos. A unos les sale mejor. A otro peor. Pero nos arriesgamos.

Lo que das, te lo das.

Lo que no das, te lo quitas.

Cuando hablamos de amor

Nos leemos en breve.

Con amor, mucho amor!

I.

Cuando hablamos de amor

Please follow and like us:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial