Carta a mi yo del pasado

Carta a mi yo del pasado

«Cada uno da lo que tiene en el corazón,
y cada uno recibe con el corazón que tiene».
Oscar Wilde

Carta a mi yo del pasado

Mi querida I,

Después de tantos años, por fin reúno un poco de valor y me siento a escribirte esta carta que, como imaginarás, llega cuando yo soy más mayor que tu.

No sabría por donde empezar, aunque lo que si que tengo claro es una cosa: te vas a equivocar, muchas veces. Y te preguntarás por qué lo has hecho. Te quedarás dándole vueltas a la cabeza. Y te arrepentirás. Pero te voy a decir un secreto: lo peor será cuando te quedes con las ganas. Así que tropieza, ve con cuidado, pero haz lo que sientas que debes hacer.

Vas a ir haciendo amistades. Algunas te van a defraudar, pero no te preocupes. Te servirá para ver que con el paso de los años, quienes estén ahí, van a hacerlo porque te quieren. Deja que te ayuden y ayúdales cuando lo necesiten. La amistad es un valor fundamental aunque puedas contarlos con los dedos de una mano.

La familia. Te harás mil preguntas. No hace falta que las respondas ahora. Abraza mucho, confía mucho y ama mucho. No sabes lo que vendrá en unos años. Nos harán separarnos, guardar distancias y acercarse será hasta un peligro. Por eso, aprovecha y di todo lo que sientes, demuéstralo. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. En todo.

El mundo está cambiando. Lo que estás viendo ahora no tiene nada que ver con lo que estoy viendo yo. Con el paso de los años aprenderás a disfrutar de las puestas de sol, de las conversaciones, de un buen vino, de todos los logros que te marques.

El dinero es importante. Te dicen que es necesario para vivir. Te hacen trabajar y estudias para poder conseguir alcanzar esos sueños. Pero cuando llegues a mi edad verás que existe una diferencia entre coste y valor. Una cosa es lo que cuesta un reloj y otro lo que vale una hora en la compañía de alguien a quien quieres. Te aseguro que uno cuesta dinero. El otro, no tiene precio.

Y del amor… ¿Qué te puedo decir de él? El primero te aseguro que no será el único. Vendrán príncipes desteñidos, romances fugaces, palabrería que te encandilarán porque te dirán lo que quieres oír. Te vas a enamorar del amor y te van a hacer ver que todo es mentira. Llorarás, reirás, dirás te quiero y no sentirás nada. Te dejarás llevar y pensarás que el sexo sin amor no sirve de mucho.

Al final, con el paso de los años pensarás más en ti y menos en los demás. Te dejará de importar lo que ahora crees que es el centro de tu vida. Incluso eso que ahora te supone mucha vergüenza, te lo pasarás por el forro de los zapatos. Saldrás ahí fuera y lo que piensen los demás será el problema de otros, no el tuyo.

Y te quiero decir un secreto. No te preocupes demasiado por el futuro. Aprovecha el día a día. Vive. Ríe. Ama. Y déjate llevar.

Te veo en unos años. Con amor,

I.

Carta a mi yo del pasado

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