«A veces conviene soñar».
Fiódor Dostoyevski
Feliz comienzo de semana!
Seguimos con el calor propio de esta época del año. Con muchas ganas de seguir disfrutando del verano y de esos momentos que sólo se viven cuando parece que para la gran mayoría del mundo, se ha puesto en pausa y va algo más lento el tiempo.
Terrazas de verano, copas, risas, atardeceres, fiestas, playa, piscina, bañador… Parece el cóctel perfecto para olvidar por un tiempo la rutina y «disfrutar de la vida».
Reconozco que estar triste o deprimido en esta época del año parece casi imposible. ¿Cómo no vamos a disfrutar de ese instante en el que parece que estar de buen humor es casi obligado?
Hacer balance en estas fechas es algo que suelo hacer como costumbre. Miro lo que llevo de año y los pequeños pasos que he ido dando. Es con perspectiva cuando compruebas que has conseguido más de lo que esperabas. La paciencia y la constancia están ahí, dándose la mano.
Y por otro lado me gusta pensar en los últimos meses que nos quedan de este año. También me da por pensar en lo rápido que pasa el tiempo y en cómo irán. Es algo que sale de forma innata por no saber qué es lo que nos depara la vida.
Sea como sea, suelo reflexionar y hacer pequeños ajustes dejando cómo no, paso a la improvisación también.
Y es que la vida es un viaje y sólo nos permiten llevar una mochila. Cada persona decide qué quiere que le acompañe y qué va sacando. Un exceso de equipaje no nos permite avanzar ni dar paso a nuevas experiencias, personas, momentos… Pero una falta del mismo también puede provocarnos dudas, miedos e incluso indefensión.
Encontrar el equilibrio siempre es un deporte de riesgo. Lo mismo que dejar entrar nuevas personas en nuestra vida.
Cuando la vida te sorprende siempre hay varias alternativas: quejarse, alegrarse y disfrutarlo como experiencia. Todo siempre tiene un propósito y una enseñanza.
Tengo que confesar que estas últimas noches antes de acostarme me ha dado por pensar (o darle vueltas a la cabeza) pensando en qué pasará con todo lo que estamos viviendo, en ese futuro cada vez más incierto que nos espera. Al final los planes son ilusiones que no sabemos si se harán realidad o no.
Sin embargo, tengo la suerte de poder decir que hasta la fecha presente, todo lo que se ha ido presentando en mi vida ha sido aprendizaje y que las sorpresas han sido para bien. Con sus momentos complicados y duros, pero que han dejado tiempo para aprender.
Cuando la vida te sorprende de ti depende: te resistes o dejas que fluya. No hay más.
Estoy preparando un post para la próxima semana que espero os guste. Me tomaré unas pequeñas vacaciones en el Blog hasta Septiembre, para poder aprovechar este tiempo al máximo y también enseñaros lo que estoy preparando desde hace unos meses.
Mientras tanto, deseo que todo en vuestro día a día, esté lleno de amor, paz y experiencias que os hagan sentiros afortunadas.
Recordad que cada personas da lo que lleva dentro. Soltad lo que no os pertenezca. Y vibrar alto sin dejar que nadie os apague.
Con amor,
Cuando la vida te sorprende
