Conserva tus sueños, nunca sabes cuándo te van a hacer falta».
Carlos Ruiz Zafón
El verano ya llegó
¡Feliz noche de San Juan!
Ya hemos entrado prácticamente en el verano aunque con suaves temperaturas. Os escribo desde mi rincón maravilloso, escuchando a los pájaros y mirando al cielo azul acompañada de esta brisa tan agradable.
Imagino que tendréis ya más o menos organizado vuestro verano o al menos, habéis pensado qué vais a hacer, dónde ir, visto posibilidades e incluso reservado algún lugar (de playa, montaña etc) para un viajecito que nos haga desconectar de la rutina, del calor y por qué no, de coger la rutina (cuando toque) con más ganas.
Las pausas son necesarias y vitales. Y eso lo he ido haciendo parte de mi día a día desde que me di cuenta de que querer estar en todos sitios, ser súper productiva, querer cumplir con todo y vivir con una planificación que marcara mi día a día no me hacía una persona más feliz.
Lo que sucede es que cambiar de hábitos y rutinas no es tarea fácil. No vivimos en una sociedad donde se premie precisamente el «no hacer nada por el simple hecho de no hacerlo». Es algo así como un pequeño remordimiento, sentimiento de culpabilidad porque al disponer de poco tiempo en general, no podemos desaprovecharlo sin hacer algo.
Entre mis «planes de verano» está disfrutar de sus noches, sola o en compañía, reír, leer, escribir, organizar alguna escapada, bañarme en la piscina, dormir siestas, pasear, hacer algo de ejercicio y meditar. Tener muchas primeras citas conmigo misma y otras tantas con mis amigas, familia…
Al final cada vez que hacemos algo, aunque sea siempre lo mismo, siempre hay matices que lo hacen diferente.
También quiero dedicar más tiempo a cultivar la salud emocional. Encontrar el equilibrio entre cuerpo alma y mente. Porque al final, sentirte bien contigo misma es parte de un trabajo que se aprende cuando poco a poco disfrutas de ese estado de paz, calma y sosiego que has «perseguido» durante tanto tiempo.
Espero que en estos meses de verano, de vacaciones, de desconectar y disfrutar, podáis hacer todas esas cosas que os hacen felices, incluyendo también no hacer nada.
Y por supuesto que encuentres tiempo para priorizarte. Que no te de miedo decir que no, dejar un día entero a tu aire para jugar con la improvisación, aprovechar para salir de la zona de confort y por supuesto, para sonreír.
Que aprendas a no serte infiel en el más amplio de los sentidos y a guardarte fidelidad. Porque el mejor de los regalos es disfrutar de cada segundo que respiramos y hacerlo con personas que nos nutren y nos aportan.
El verano ya llegó. Seguro que trae nuevas oportunidades, retos y momentos especiales que nos sorprenderán. Y esta noche, pedid vuestros deseos, lanzad vuestros mensajes al universo…. y trabajad por conseguir aquello que depende de vosotras!
¡Nos leemos la semana que viene!
Con amor,