Fechas importantes y días raros

Fechas importantes y días raros

«La ceguera también es esto:
vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza».
«Ensayo sobre la ceguera», José Saramago

Fechas importantes y días raros

El título del post de hoy me ha venido a la mente por la canción de Vetusta Morla. Y es que mirando en el calendario los eventos próximos y ver que en Google Calendar se queda prácticamente todo registrado (todo lo que ahí anoto), se me ha hecho más patente lo rápido que pasa el tiempo. Y lo mucho que cambia (mos).

Esta mañana, mientras venía camino al trabajo pensaba en todo lo que me queda pendiente por hacer esta semana. También disfrutaba de la lluvia y de la ilusión de poder estar disfrutando de ese instante. Y ahora, mientras escribo, hace un sol radiante, los pájaros cantan y el calor aprieta.

Que la vida nos cambia en cuestión de segundos es un hecho. Y que podemos vivir diferentes situaciones a lo largo de un mismo día, también. De hecho, hace muchos años, había un letrero en madera cerca del río Genil que algún ilustrado/a había preparado y colgado que decía: «Nadie hable mal del día hasta que la noche llegue. Yo he visto mañanas tristes tener las tardes alegres».

Todos marcamos fechas en el calendario. Fechas importantes que no hace falta necesariamente anotarlas para acordarnos, pero que hacen más especial ese momento. Y es que al final se trata de eso, de vivir cada día como único. Pero nadie podrá negar que hay determinadas fechas que esperamos con más ilusión y alegría.

Se aproximan los meses de verano. Ese tiempo de relax, desconexión, risas, compartir momentos… Casi de vivir más la vida hacia fuera, de reencuentros, viajes, barbacoas, piscina…

Aunque algo he planificado también quiero dejar que el tiempo pase. Pero no de cualquier modo. Ni de cualquier forma. Me apetece hacerlo a mi ritmo. Como todo lo que hago últimamente. Viajar. Fuera. Dentro.

Y aunque tengamos días raros (o momentos raros a lo largo del día), siempre habrá quien te saque una sonrisa. O quien te amenice la mañana por WhatsApp. Incluso algún compañero que te cuente algo surrealista y no puedas parar de reír a pesar de las circunstancias que rodean todo.

Llegar a casa y que te esperen. Ponerte el pijama fresquito. Beber un gazpacho recién hecho. Tomar café con vistas o seguir leyendo el libro a la sombra del limonero.

Las cosas sencillas son las que hacen esos días normales fechas importantes y días raros se convierten en días para no olvidar.

Hoy no hay reflexión especial. Porque llegamos a una edad en la que no aprendemos con lo que nos dicen sino con lo que decidimos hacer o no.

Simplemente VIVIR. No hay nada más complejo ni sencillo a la vez. Y cada uno es maestro de su propia vida.

Nos leemos en breve. Con amor,
I.

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