Y a tí, ¿Qué te hace ilusión?

Ilusiones de la vida

«El miedo no evita la muerte.
El miedo evita la vida».
Naguib Mahfouz

Hablamos de correcto o incorrecto. Tratamos de no herir sensibilidades a la otra persona. De ser lo más inclusivos posibles. Pero seguimos formulando preguntas a diestro y siniestro sin saber muy bien qué puede removerse a la otra persona el trasfondo de la misma.

¿Cuántas veces te han preguntado si eres feliz? Posiblemente, tu respuesta dependerá de muchos factores, entre ellos, en qué momento vital te encuentres. Quizás respondas sin pensar que sí, que lo eres. Pero algo en tu interior te hace creer que no del todo. Al menos no todo lo suficiente. O no todo lo que esperabas.

Quizás sí. Te encuentras en el mejor momento de tu vida y te sientes con más fuerza y ganas que nunca. A lo mejor puedes decir que eres feliz, muy feliz. Y entre tus motivos es que no te falta ilusión y motivación en tu día a día, en los proyectos y en cada cosa que te propones.

En general, solemos darle mayor importancia y hablar de felicidad cuando lo unimos a eso de cumplir con las expectativas que socialmente están unidas a ello. Algo así como ir tachando de la lista lo que se corresponde con la edad y lo que deberíamos haber alcanzado. Pero no nos paramos a pensar más allá. Se da por hecho que si cumples con esos estándares, tu felicidad está asegurada. Y si no, es que no valoras lo que tienes. O no eres consciente de ello. Incluso se aventuran a decirte eso de «ya llegará». Como si viniera de camino pero sin saber muy bien por dónde.

La realidad es otra bien distinta. Quizás, si empiezas a compararte con tu alrededor, te separen más cosas de las que te unan. A lo mejor, esa persona que tú imaginas o crees que es la más feliz del mundo, tiene envidia (o sueña/ anhela) la vida que tú tienes. Quizás, no te has fijado lo suficiente y sirves de inspiración para otras personas. O eres el espejo en el que se miran, porque llevas la vida a tu ritmo, sin importar el qué dirán o lo que pensarán por hacer las cosas a tu propio aire.

A veces, de manera casi inconsciente, sentimos que no estamos en el punto que deberíamos y nuestra felicidad, que la unimos a ello, pende de un hilo. Una felicidad oscilante y que depende de esos factores externos que en pocas ocasiones podemos controlar. Comparamos. Y en función de ello, creemos.

Adaptarse al medio no es renunciar a nuestros sueños. Es construir con nuestras herramientas para poder alcanzarlos. Y disfrutar del proceso.

Posiblemente tu vida, en estos momentos no sean como imaginabas. Quizás tenías otras posibilidades en tu cabeza y otras combinaciones diferentes. Sin embargo, esta es tu vida. La única que tienes. Este ahora que te hace respirar y que te mantiene con vida. No existe nada antes, aunque lo hayas vivido, disfrutado o sufrido. Pero tampoco hay nada más después. La probabilidad nos indica que sí, pero la vida, con sus caprichos repentinos, nos pone en camino.

Por eso es tan importante e incluso vital vivir el AHORA. Cada día. A cada momento. Como esos en los que deseas sentarte a contemplan en silencio el horizonte, pero también en los que te tapas hasta arriba , cierras los ojos y te quieres olvidar del mundo. O que el mundo se olvide de ti.

Las ilusiones de la vida son el motor que nos mueve a hacer o no hacer determinadas cosas. La gasolina que el cuerpo y el alma necesita para ponerse en movimiento. Si nos falta ilusión y motivación, simplemente nos dejamos llevar, viendo los días pasar. Y no vivimos.

Quizás, deberíamos pues preguntar, y preguntarnos : Y a tí, ¿Qué te hace ilusión?

Saber gestionar las emociones. Aceptar y adaptar las circunstancias a lo que quieres y deseas vivir. E ir a por ello. Con ganas. Sin más miedos que los necesarios para tomar consciencia.

Que ese sentimiento de alegría y satisfacción que produce la realización o la esperanza de conseguir algo que se desea intensamente, nos incite a dar ese paso. Porque te aseguro, que cada paso que das, te acerca más al lugar al que quieres llegar. Incluso los días que sientes que no tienes fuerza y solo das un paso en vez de dos.

Ilusiones de la vida que pueden ir acompañadas de una palabra de aliento, una mano amiga, una caricia inocente. Ilusiones en forma de persona, viaje, comida, canción en el momento adecuado. De una llamada de teléfono, una comida entre amigas, o un paquete que te llega después de unos días esperándolo.

Al final la vida son esos momentos que creamos. Y en los que creemos. Donde queremos quedarnos. Querernos. Volver. Que no hace falta recordar lo que nunca se ha ido.

Nos leemos en breve. Con amor,

I.

Ilusiones de la vida

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