Las sorpresas de la vida

Las sorpresas de la vida

«Si no hubiera creado todo mi mundo,
ciertamente habría muerto en el de otras personas».
Anaïs Nin

Las sorpresas de la vida

Hay una frase de Jodorowsky que me encanta y dice así: «Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas. Lo que haces para los otros, lo haces para ti mismo. Y Lo que sucede en el mundo, es para ti».

Y es que en el fondo, todos llevamos lo que tenemos dentro. Somos lo que hacemos con lo que nos han hecho. Algo así como una cadena a la que nos enganchamos. El ciclo de la vida. Das lo que recibes. Pero recibes lo que das.

Un café. Mirar a los ojos. Que las sonrisas salgan solas. Hablar de cosas intrascendentes que con el paso del tiempo trascienden a los años. Echar la vista atrás y verte ahí, cuando estabas.

El niño que pega las manos al cristal y deja sus huellas. Las que dejamos en la vida de los demás. Con su inocencia. Su indecencia. Con un instante fugaz. Un reloj que marca las horas. Minutos que pasan volando. Corazón que palpita incesante mientras el café se enfría. Un sutil roce. La excusa perfecta. Imperfectamente descoordinados pero con unas vistas al mismo lugar.

Las sorpresas de la vida no vienen a veces envueltas en papel de regalo. Ni en un día señalado. A veces no te los trae una empresa de mensajería. A veces, y solo a veces, vienen en forma de un mensaje que aparece de repente en la pantalla del móvil. Después de los años. De los daños. De la cicatriz que se repara a base de besos. Robados. Con sentido.

No hay mejor baile que el del reloj marcando el paso del tiempo. Con sus instantes precisos. Con los giros inesperados que nos cambian de lugar. Risas que nos devuelven a un día concreto. A una imagen especial. Fotografías que se guardan al final de la retina, justo detrás del brillo que deslumbra cuando alguien se encuentra feliz.

Todo pasa tan rápido, nos pasa tan deprisa, que cualquiera escapa, pero sumergirnos en cada segundo, ser conscientes de que es único e irrepetible es lo que lo convierte en un regalo. Incluso los momentos malos pasan. Todos pasamos por aquí.

Seguramente eres ese respiro de aire en un momento de asfixia en la vida de alguien. El motivo por el que salir ahí fuera a combatir. El escudo del que se vale para enfrentarse a los demonios que otros han dejado en tu guarida.

Ojalá más regalos convertidos en momentos, personas, experiencias. Todo lo que no tiene precio pero es de gran valor. Como tu. Yo. El «nosotros» que se forma. La mano que se coge y no se suelta.

Haz que tu vida sea un regalo. Mis mejores deseos,

Nos leemos en breve. Con amor,
I.

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