Viaje al centro de ti

Viaje al centro de ti

«Si miras alrededor y observas las cargas que los demás están cargando,
te darás cuenta de que la vida ha sido muy generosa contigo».
Teresa de Calcuta

Viaje al centro de ti

Espero que hayáis tenido una muy buena semana. Al final, se termina otro mes más y el otoño, con todo lo que ello supone e implica para mí, está a las puertas de hacer su entrada. No por ello, debo de agradecer a este verano que ha sido maravilloso, único e irrepetible.

Hay veces que nos viene esa «inspiración». Hablando con mi amiga L. estos meses llegamos a la conclusión de que tras las batallas (a veces duras, complicadas, que parecen interminables) la recompensa, que no siempre llega en la forma que esperamos, nos deja con una sensación algo agridulce.

Es como si una vez que lo has conseguido, esa paz y esa tranquilidad que ha estado ahí, en el fondo de tu ser, esperando que quitaras todo aquello que la aplastaba, para hacerte sentir plena.

Cuando haces ejercicio y piensas que no puedes. ¿Acaso no es una sensación maravillosa llegar a la ducha y quitarte ese pesar del esfuerzo realizado? Comprobar que sí que has podido. Quizás has hecho más de lo esperado. O al contrario, algo menos. Pero al final sabes que cada pasito dado, cuenta.

Pues algo así sucede cuando la vida te pone esos retos a los que no sabemos «cómo meterles mano». Cuando crees que hay cosas que no tienen sentido. O cuando crees que tanto esfuerzo no merece la pena.

Hay muchos viajes. El viaje al centro de ti es el más complejo, el más costoso pero a la vez más gratificante. Quizás te encuentras con turbulencias en algún momento determinado. Puede que sientas nerviosismo o por el contrario, te relajes. Habrá momentos en los que rías o llores. Y pasajeros que conocidos o desconocidos estarán en ese momento viajando a su propio ser.

Te aseguro que no es fácil conseguirlo. Cuando estableces el centro fuera de ti todo lo que hay fuera te desestabiliza. Cuando pones el foco en tu interior, en tu bienestar y en tu YO, los golpes de fuera te dolerán, pero tratarás de entender que al final, las cicatrices son esos tatuajes que nos señalan lo que finalmente se reparó.

Espero que en este viaje continuo siempre tengas personas maravillosas que te acompañen. Que entre todas ellas, seas capaz de elegirte también y disfrutar de una conversación contigo. Y por supuesto, que sepas escuchar el silencio y lo mucho que siempre nos susurra.

Nos leemos en breve. ¡Buen viaje siempre!
Con amor,
I.

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