Motivación vs Disciplina

Motivación vs Disciplina

A donde el corazón se inclina, el pie camina.

Motivación vs Disciplina

El otro día estaba hablando con una compañera sobre si es más importante tener determinación a la hora de hacer algo, o por el contrario, es mejor tener motivación. Era una pregunta que me pareció algo así como «¿qué fue antes, el huevo o la gallina?»

Las personas hacemos las cosas o nos dejamos llevar bien por el corazón, porque hay sentimientos o ganas hacia una determinada cosa o persona. O también porque vamos a obtener una recompensa que «compensa» el esfuerzo.

Al final estamos hablando de que hay una transacción: hacemos las cosas porque vamos a recibir algo a cambio. Y qué es lo que recibimos depende de dónde ponemos el foco.

He visto muchas personas trabajando sin vocación alguna, porque reciben a final de mes su recompensa: un sueldo. Y otras tantas que se implican en una asociación, voluntariado o similar por «amor al arte». Lo que cada uno recibe al terminar la acción es completamente lícito: obtiene la recompensa deseada.

Volviendo a la conversación con mi compañera y hablando de experiencia personal, siempre he considerado que necesitamos una chispa que nos encienda, lo que sería la motivación. Pero sin determinación (o disciplina) las cosas no se consiguen a largo plazo. Las dos van unidas.

El combustible que cada persona necesita lo va a encontrar al final. Tanto si es en modo de acción como si es en forma de excusa.

La disciplina nos ayuda a conseguir ese resultado que queremos. Pero con el tiempo, si no se siguen manteniendo firmes nuestras convicciones, necesitaremos de esa motivación del principio para poder continuar en los días donde todo parece no tener sentido.

¿Qué necesitas en tu vida para ponerte en acción?
¿Dónde está la motivación que te hizo dar un paso al frente e ir a por tus objetivos?

Cuando tengas dudas de si seguir o no, piensa qué te llevó al lugar donde te encuentras hoy. Recuerda que por norma general, los resultados no son inmediatos. Habrá días en los que pienses que no puedes más o que ya no hay fuerzas. Y puedes o bien quedarte esperando o por el contrario, intentarlo. Esos días te aseguro que valen el doble.

Cada pasito cuenta. Cada instante suma.

Recuerda que al final, quien lo sigue, lo consigue. Pero lo más importante es disfrutar del proceso. Del camino. De las vistas y el esfuerzo. Y la recompensa de llegar.

Estás en tu lucha diaria. ¡Ánimo! Nos leemos en breve.
Con amor,
I.

Please follow and like us:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial