¿Me quiero o no me quiero?

Relaciones Virtuales de sentimientos reales

¿Me quiero o no ?

Y así, como quien no quiere la cosa, estamos a mediados de Julio. ¿No tenéis la sensación de que está volando literalmente este año?

Me he dado cuenta cuando me he puesto a ver la galería de fotos y con estos meses encerrados por el covid-19, siento que realmente me está faltando tiempo para hacer cosas.

He estado pensando en el amor y en qué es lo que entendemos realmente cuando hablamos de él. Le dedicamos mucho tiempo a las relaciones, a la pareja, a la búsqueda de la misma. Queremos gustar, agradar, seducir… Empleamos mucho tiempo y recursos en ello. Todo para los demás. ¿No es curioso cómo en ocasiones medimos nuestra autoestima en lo que los demás depositan en notros?

Y me ha venido a la cabeza así, algo que seguro te suena. ¿Quién no ha hecho en alguna ocasión cuando estaba con algún chico o chica el clásico juego deshojando la margarita del: «me quiere, no me quiere»? ¿preferimos dejar al azar una cuestión tan importante en una relación como es el amor de la otra persona?.

Conforme vas creciendo, madurando y acumulando experiencias en la mochila (y superándolas, que es lo más importante), empezamos a darle más importancia a la pareja desde una visión más calmada, consciente, adulta y de trabajo entre dos. Al menos, así debería ser.

Sucede sin embargo, que nos centramos demasiado en la otra parte, en proporcionar esos cuidados, esa estabilidad, ese cariño, que no duden de nuestro amor y de nuestra implicación, dejando a un lado quiénes somos, qué queremos y cuánto nos queremos.

¿Me Quiero? ¿O no me quiero?

No es una pregunta al uso, pero hay que ser conscientes de que enamorarse de la idea del amor, nos puede llevar a seguir a toda costa en una relación que no nos hace ningún bien, o que nos acostumbremos a alguien por el simple hecho de no soportar la soledad. Incluso que aún sabiendo que no somos felices, nos acomodemos.

¿Llegamos a estar con alguien porque no somos capaces de ver que puede haber alguien mejor? ¿Miedo a la soledad? ¿Necesidad de tener pareja social? ¿Cuánto de amor propio debe de haber para que una relación funcione? ¿Está todo el mundo preparado para estar en pareja?

Hoy son muchas preguntas que cada cual debe responderse. Pero si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que nos hemos equivocado y hemos dado oportunidades a personas que quizás no lo merecían, no tanto por ellos/as sino por nosotras/os.

Si hay algo que predico siempre es que no podemos esperar que los demás nos quieran en el grado que nos falta. No podemos ir buscando medias naranjas cuando somos una fruta completa. Ni tampoco debemos esperar que nos den eso que ni sabemos queremos.

Y sí, claro está que el adaptarnos a un nuevo estado implica cambios y ciertas renuncias. Pero ello no puede implicar renunciar a ti, a tu forma de ser, de querer.

Sí. Me quiero. Y también te quiero a ti. Pero no dejo de ser yo para ser tú. Tampoco quiero eso para ti. No necesito jugar para dejar al azar las respuestas porque los hechos ya lo dicen todo. Me quiero. Y por eso, puedo estar sin ti. Pero si estoy contigo es porque juntos sumamos. El amor empieza por mí y termina por ti. Una declaración de amor para toda la vida.

Nos leemos en breve,

Buena semana!
I.

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