Por suerte,
existes.
Y por suerte, también,
no sólo existes,
sino que te colocas aquí,
justo al lado de todo lo que está lejos
para estar cerca.
Elvira Sastre
Que yo recuerde, nunca me había hecho esa pregunta. Y esta misma mañana, hablando con una amiga de las relaciones, del amor y de la situación tan cambiante a la que nos enfrentamos prácticamente cada día, donde la «normalidad» casi se busca de forma ansiada y donde lo estable parece más volátil que nunca, me lanzó la cuestión: ¿y qué es para ti una pareja? Entonces, casi como un disparo le devolví la misma pregunta: ¿y para ti?
Los diferentes tipos de relaciones de quienes nos rodean, nos hacen ver de primera mano que no hay una definición única y que a veces la vamos adaptando a la situación, a la otra persona o incluso a las expectativas. Porque una cosa es cómo la describes y otra cómo te sientes cuando estás en ella. Hay veces que no coinciden.
Conforme van pasando los años y vamos acumulando experiencias en nuestra mochila llena de vida, vamos haciendo definiciones más completas y concretas, por lo que llegados al punto puede que, tengamos más claro lo que no queremos o por donde no pasamos.
Cada persona irá acomodando esos ingredientes a su relación, añadiendo más o incluso quitando aquellos que considere que no son necesarios. Sin embargo, nos puede resultar más fácil definir una relación por aquello que creemos que no es. Además, no cualquiera está preparado para tener una pareja porque o bien no sabe conservarla o no sabe estar en ella o…
¿Dónde está el límite entre el amor y la dependencia emocional o de cualquier otro tipo? ¿Hasta dónde llegamos por lo que llamamos amor, cuando queremos decir que tenemos miedos?
Todo cambia. Nosotros cambiamos. La vida en sí misma lo es. Y debemos (tenemos) que adaptarnos a ella. Una pareja también implica muchas estaciones donde no siempre es primavera.
Así que después de reflexionar un rato, mirar por la ventana y dejarme sentir por lo que siento ahí dentro latiendo sin parar, he llegado a hacer una definición propia que por supuesto, está sujeta a todo lo que sea digno de añadirse.
Un pareja es aquella que elige estar libremente. Donde se crece y se experimenta, donde se evoluciona y se hace equipo. Donde soy yo y tú y nosotros. Es el sitio que creamos y en el que creemos. Es felicidad en los momentos cotidianos y el apoyo en los días grises. La canción que nos sabemos de memoria y aún así cada vez que la escuchamos nos provoca una sonrisa. Una pareja es la que construye sobre las creencias propias haciéndolas conjuntas, con libertad y espacio. Hacer de cuatro paredes un hogar y llamarle casa. Ser refugio y poesía a la vez.
Disfrutad del amor. Y de la vida. Si donde estás no sientes felicidad, plenitud, paz y cariño, no, ahí no es.
Nos leemos en breve.
Con amor,
I.
