«Sé cómo el árbol de sándalo, que perfuma hasta el hacha que lo corta»
Tagore
Todo llega. Como las arrugas en la piel. La experiencia de los años. La madurez del tiempo. Todo llega y nos alcanza como el galgo a su presa.
Me acabo de asomar a la parte de atrás, al gran patio que da a la montaña y a ese pequeño jardín que tengo aquí en mi trabajo y los rayos de sol me han dado en la cara mientras cerraba los ojos.
Justo allí abajo había un gato (no recuerdo el nombre), que estaba tumbado a la sombra, viviendo sin importarle lo que podría comer después.
Llegar a ese nivel de consciencia, de plenitud, cuesta. Algunos lo aprenden más pronto que otros. Y hay quienes viven continuamente en esa incertidumbre llena de ansiedad porque no alcanzan esas «metas».
¿Y quién establece esas normas o metas que debemos cumplir? Me alegro mucho cuando alguien rompe esos esquemas y se antepone a los demás. Cuando se prioriza. Porque al final no estamos depositando fuera lo que nos falta sino que estamos cultivando dentro lo que tenemos. Y agradecemos lo que hemos conseguido.
En ocasiones compararnos nos sumerge en una profunda crisis interna. Y es que ¿alguna vez te has preguntado si eso a lo que aspiras y sueñas es realmente lo que quieres? ¿O te has visto influenciada por el entorno, la sociedad…?
Plenitud es sentir calma. Tener el convencimiento de que estamos en el momento correcto. Sentir que la paz está en nuestra vida. Y eso, seguramente, te ha costado muchas guerras. No con el resto del mundo sino contigo misma.
Hay veces en la vida en los que atravesamos por dificultades. Y ciertamente cuesta a veces salir de ahí. Solo nos centramos en lo oscuro, en los problemas que se nos presentan y en cómo nos ha «tocado» vivir eso. Es verdad que las piedras del camino duelen. Y también es verdad que las dificultades no siempre vienen acompañadas de una luz al final del camino. Al menos, no de forma rápida.
Pero te aseguro que la plenitud que se siente cuando sientes esa constante en tu vida, da respuestas a esas preguntas que muchas veces no hemos sabido contestarnos. Y la claridad siempre es una gran respuesta.
Nos leemos en breve. Deseo que haya mucha plenitud en vuestras vidas.
Con amor,
I.