«Como las plantas,
así también crecen los hombres.
Algunos en la luz, otros en la sombra».
«El libro rojo», Carl Gustav Jung
Querido diario de 2022,
Si me pongo a hacer repaso de lo que ha sido este año, sólo puedo sentirme afortunada y agradecida. Porque al final, lo que importa es vivir y cómo hacemos para volver la adversidad, los momentos difíciles y los colores oscuros, en oportunidades, aprendizaje y salidas.
Ha habido tropiezos. Pero qué sería del camino sin sus baches. Han aparecido nuevas personas y otras que cumplieron su misión, se han ido.
Si miro a la Inma de hace un año, sólo puedo sentir compasión y alegría porque a pesar de las dificultades propias de los tiempos que vivimos, ha sabido sacar lo bueno, ser consciente de que todo no tiene solución o de que no siempre salen las cosas como deseas.
Pero a pesar de todo ello, seguimos en pie. Caminar es al final darnos cuenta de que todos los caminos no llevan a Roma, sino al lugar donde debemos ir. Lo que no te mata no siempre te hace más fuerte, pero sí más sabios. Que no por mucho madrugar todo lo que habíamos planificado se cumple. Y que a buen entendedor, hay que explicarle las cosas en ocasiones varias veces, porque no depende de lo que nos digan sino de cómo lo interpretamos.
Si bien he viajado, el destino siempre ha sido con quién compartí el vuelo. Trabajé no fue para tener más dinero sino para realizarme como persona y aportar mi granito de arena. Si amé no fue porque lo necesitaba sino porque tenía mucho que dar. Y si lloré, no fue porque me hicieron daño, sino porque los nudos hay que deshacerlos.
Querido diario de 2022, este año has venido con muchas señales. Ha sido un regalo maravilloso que como siempre digo, se hace difícil de superar. Y aunque me encanta leer, sé que estoy dispuesta a escribir nuevas historias en otros libros, después de pasar página.
¿Qué nos deparará el próximo? No lo sabemos.
Pero estoy dispuesta a vivirlo. Porque solo tenemos una vida. Porque hay veces que las oportunidad hay que ir a buscarlas. Que el equipaje más vale con una buena compañía que te ayude a llevarlo que ir con muchas cosas innecesarias «por si acaso»
Que estoy dispuesta a aceptar los cambios con la misma ilusión que la rutina. Voy a permitirme llegar hasta donde quiera y no hasta donde m digan los demás que debo. Y si me apetece parar, haré un alto en el camino para comprobar por dónde voy. Me voy a permitir tener mis días grises, negros, blancos y azules. Seguiré aprendiendo y también desaprenderé.
Y si hay algo que estoy dispuesta a hacer es escucharme. Confiar en mí. Seguir mi instinto y hacer de mi vida, mi decisión.
Mis mejores deseos siempre. Pero especialmente en esta transición de año, que viene en un nuevo diario, dispuesto a que lo completemos al cien por cien.
Con amor,
