Vivir sin ser tiempo

Vivir sin ser tiempo

«Quizá el tiempo se mida en palabras. En las palabras que se dicen.

Y en las que no se dicen».

«La voz dormida», Dulce Chacón

Vivir sin ser tiempo

Sábado. El calendario sigue su curso. La vida sigue respirando y todo, a su modo, se aclimata a estas gélidas temperaturas y el frío invierno que asoma a la vuelta de la esquina.

Hay veces que cuando me pongo a pensarlo da hasta vértigo. Supongo que el ser conscientes del paso del tiempo, que al cumplir años vemos la vida con otra perspectiva o simplemente que la rutina nos hace sumergirnos en este pequeño caos planificado. Corremos mucho. O simplemente es ella, siguiendo su curso, a su ritmo.

La perspectiva con la que miremos las cosas y cómo queramos entenderlo será el secreto para vivir disfrutando, aprendiendo de cada momento, sabiendo que es único e irrepetible. O todo lo contrario: pasando las hojas del calendario, tachando días, corriendo de un sitio para otro, contestando correos, mensajes, queriendo estar en todos sitios sin estar en ninguno a la vez.

Reconozco que en mi (¿intento?) por ser lo más eficiente posible he renunciado a muchas cosas a veces, tratando de querer no dejar nada para después para, curiosamente, poder estar al cien por cien en lo que hiciera. ¿Y te cuento el resultado? Pues sí, no lo lograba porque tenía ruidos en la cabeza que me distraían.

En la sociedad en la que vivimos y de la que es tan complicado desvincularse sigue apremiando la inmediatez. Casi absolutamente en todo: comida rápida, mensajería instantánea, conectividad a alta velocidad, relaciones que se agotan antes incluso de empezar, multitud de contenidos a la carta…

¿Y AHORA? ¿Dónde nos hemos dejado el estar presentes en este instante?

¿Realmente nos damos cuenta de que lo que estamos viviendo no se volverá a repetir? ¿Qué en este preciso momento eres lo más joven que vas a volver a ser nunca más?

No se trata de no perder el tiempo, sino de saber que bueno o malo, todo pasa. Y que de nosotros depende si queremos disfrutarlo al máximo o perdernos con banalidades, intermitencias…

Vivir sin ser tiempo. Pero lo somos desde el mismo día en el que vemos la luz. Estamos evolucionando y cambiando constantemente. Y en nuestro reloj de vida se nos va agotando sin darnos cuenta a veces. Posponemos planes, momentos, conversaciones, abrazos, regalos… Porque creemos que ya llegará.

El momento perfecto no existe. Del mismo modo que no hay nada perfecto (aunque consideremos que sí). Es simplemente la vida, haciéndose paso. Viviendo. Estando.

Trataré de aprovechar al máximo este puente. Y los días de vacaciones…

Ojalá más momentos de conexión con nuestro YO y los que tenemos cerca y desconexión con lo que debemos ir alejando poco a poco de nuestra vida.

Estoy preparando un post muy bonito sobre la Navidad. Nos leemos en breve. Disfrutad cada momento del presente, es un auténtico regalo.

Con amor,

I.

Please follow and like us:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial