«Tu estado de ánimo es tu destino».
Herodoto
De elecciones, libertad y bienestar emocional
Al final, todo es un nuevo comienzo de algo. Y como cada principio, el reto que supone enfrentarnos a lo desconocido, a lo nuevo, a esa incertidumbre, nos desestabiliza. Sin embargo, sin saber muy bien por qué, ni cómo, llega un momento en el que sientes que estás tomando la decisión correcta. Estás convencida de que a pesar de lo que has pensado y meditado, hay un poder en tu interior que te empuja.
Hablando esta mañana con mi compañera en el ratito del desayuno, me comentaba que había sentido en los últimos años unas ganas tremendas de irse a vivir alejada de la ciudad. Le daba algo de miedo irse de la «civilización» y vivir rodeada de campo, bosque y silencio. Tras hablarlo con su pareja, buscaron una casita en un pueblecito pequeño con un terreno para poder hacer su huerto y vivir más en contacto con la naturaleza. Si bien la primera vez que expresó su idea en voz alta le pareció una idea algo arriesgada, una vez se vio en su casa, sintió que no se había equivocado en su elección. «Y si no, siempre podré volver a vivir en la ciudad».
¿Cuántas veces nos quedamos a medio camino por miedo a elegir aquello que queremos hacer en ese momento? ¿Cuántos instantes hemos dejado pasar por dudas o esperando un momento perfecto que parecía no llegar nunca? Posiblemente te faltaron las ganas, la determinación o simplemente no era el momento. Tu momento. Porque las excusas las encontramos a la vuelta de la esquina y de eso sabemos bastante.
Dicen que quien no arriesga no gana. Y quizás, no se trata de ganar sino de sentir que estás eligiendo aquello que te hace feliz, lo que sientes que debes hacer, lo que te provoca paz y calma, aunque la propia elección en sí te haga sentir dudas. Es lo que tiene enfrentarse a lo desconocido, salir de la rutina y conocer nuevos mundos.
Y claro que podremos equivocarnos a lo largo de nuestra vida en las elecciones que hagamos. Posiblemente iremos acumulando experiencias en nuestra mochila que hagan que con el paso de los años nos cueste más movernos y simplemente nos limitemos a adaptarnos. ¿Pero acaso no es en sí misma una elección? Sopesar en una balanza qué es lo que te hace feliz, dónde te lleva tu elección.
Con el paso de los años pones de prioridad ese ansiado bienestar emocional. Y quizás si te lanzas a la piscina miras si al menos hay agua en lugar de lanzarte con los ojos cerrados. En la propia elección está la libertad.
Ojalá supiéramos siempre que aquello que elegimos y a lo que renunciamos va a ser motivo de éxito. Algo así como «ir sobre seguro». Pero la vida en sí es un riesgo que debemos correr y no hay nada escrito. Tenemos el deber y el privilegio de ir paso a paso construyendo esa vida que deseamos, o al menos, ir acercándonos a ella. Y si nos equivocamos, o las cosas no salen como queremos, siempre podemos dejarnos llevar donde el corazón nos lleve.
Nos leemos en breve. Con amor,
De elecciones, libertad y bienestar emocional
