«Las personas somos seres emocionales, la racionalidad es un mito».
Humberto Maturana
Las vueltas de la vida
Llevo un mes prácticamente desconectada de la rutina y conectada con la vida. Es necesario establecer esos parones, esas reglas no escritas que deberíamos marcarnos para con los demás y para con nosotras mismas.
Y lo cierto es que me ha venido de lujo poder equilibrar y encontrar ese centro que a veces, por diferentes motivos, nos sacan de nuestro ser y esencia.
La vida, en general, nos da muchas vueltas, tantas que en ocasiones, nos marea. En ese viaje, hay veces que estamos arriba y otras, simplemente, terminamos tumbados, mirando a un cielo que se torna lluvioso, grisáceo, azul radiante o con arcoiris.
La verdad es que sigo aprendiendo a valorar, vivir y disfrutar el momento presente (sin dejar de vista un horizonte que se suele ir aproximando a cada segundo que pasa). Sin embargo, me he dado cuenta de que la felicidad, esa gran felicidad que nos suelen vender en redes sociales, en los medios de comunicación o de la que hablamos en el pasillo cuando nos encontramos con algún conocido, no reside en nada de eso que nos han vendido, ni que nos han dicho.
Si te sientas, lo mismo que he hecho yo en este mes, después de ver cumplir años, de ver cómo una persona de la familia se ha marchado (en paz, con una férrea convicción de haber vivido en función de sus convicciones y sin miedo), cuando te sorprende de repente el cielo de domingo con un maravilloso arcoíris y eso es motivo para llamar a toda la familia para que miren y disfruten…
Las pequeñas cosas de la vida, eso que tantas veces nos decimos «tenemos que disfrutar» son las que realmente nos hacen aterrizar, poner los pies en la tierra, ver que el mundo sigue girando y que cada día que pasa es único, irrepetible e irremplazable.
Respirar. Lo hacemos de forma inconsciente y es vital para vivir. Sin embargo, cuando pensamos en la respiración, nos damos cuenta y es ahí cuando lo hacemos pensando en ello.
Pues así es nuestro día a día: despertador, trabajo, rutina, comidas, tareas de casa, compras… Y estamos deseando que llegue el fin de semana, como si el resto de los días no fueran tan importantes, no fueran parte de nuestra vida y no contaran.
Al final, a todas las personas nos llega un día en el que reparamos que estamos de paso. Los miles de planes y cómo teníamos organizada nuestra vida, posiblemente no se acerca a lo que tenemos entre manos, ni en los modos ni en los tiempos: pero es nuestro AHORA.
Todo pasa. Nos pasa. Para bien, para mal, para aprender, para mejorar y corregir.
Soy de las personas que cree firmemente que todo pasa por algo. Y siempre el tiempo, me da la razón. Si nos aferramos a algo o alguien por miedo, la vida te presentará ese fantasma hasta que seas capaz de mirarle de frente.
Un milagro es que estemos aquí. Disfrutemos, aprovechemos y seamos conscientes más que nunca de ese «Carpe Diem» como filosofía de vida.
Mis mejores deseos, hoy siempre y aquí.
Nos leemos en breve.
Con amor,
Las vueltas de la vida
