«Los deseos se tienen, no se piden. Lo que se pide es el objeto del deseo».
Francisco Umbral
Pues así, casi sin darnos cuenta, vamos a dar por finalizado un año más. Otro más en nuestra vida lleno de cambios e instantes que no se volverán a repetir.
Seguimos aprendiendo esa necesidad vital de adaptarnos al día a día, a la improvisación, a no hacer planes a muy largo plazo y a aprovechar el momento. Es algo que sigue muy presente en nuestro día a día con la pandemia que a nuestro pesar, aún no ha terminado.
No sabemos cómo vendrá el 2022, aunque tampoco debería preocuparnos en exceso. Ya estamos cogiendo experiencia en esto de improvisar conforme nos van viniendo las cosas. Y no nos está saliendo tan mal, llevamos la supervivencia en nuestros genes.
En estos últimos días del año me gusta hacer un pequeño balance de cuáles son las cosas que he mejorado, dónde debería volver a incidir y qué nuevos retos o propósitos me gustaría alcanzar este nuevo año 2022. Y cuando me pongo a ello, me doy cuenta de que no ha ido tan mal.
Claro que hay cosas que me habría gustado cambiar y que hubieran ido de otro modo. Por supuesto que me arrepiento de algo que haya podido hacer (y de lo que no). Pero ya no tiene remedio y finalmente ha quedado ahí, para enseñarme el camino que debo seguir.
Mi abuela tiene un dicho popular que me recuerda a veces: «el hombre propone y Dios dispone». Y es que por más que queramos, por más que lo intentemos, vivir es un riesgo que corremos cada día, habiendo cosas que se nos escapan a nuestros planes y deseos.
Aprender a decir: «NO». Algo que en ocasiones cuesta tanto porque pensamos más en los demás que en nosotros mismos. Aprender a decir «SÍ» cuando realmente así lo sientes. Resumiendo: priorizarnos, querernos un poco más, hablarnos con cariño, no permitir que los demás abusen de nosotros y por supuesto, permitirnos ser aquello que deseemos en cada momento.
Poner fin para empezar: amistades que ya no lo son, amores que ya fueron, contactos que se acumulan y que no sabes ni a quien corresponden, ropa vieja que no tiras porque le tienes cariño… En definitiva deshacernos de aquello que ya no forma parte de nosotros. Siempre puede haber un momento para una nueva versión propia.
Dedicarte tiempo a ti es sin duda la mejor de las inversiones. Tratemos de ser felices y de vivir en paz y armonía cada día.
Ojalá este nuevo año venga con todo aquello que queremos, o al menos, nos de la fuerza suficiente para conseguirlo.
Nos leemos en breve. Mis mejores deseos para este nuevo año 2022. ¡Feliz año nuevo! ¡Feliz nuevo tú!.
Con amor,
