Reflexiones de una noche de verano

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«No me deje sólo entre personas llenas de certezas.
Esa gente es terrible»
Antonio Tabucchi, Réquiem

Reflexiones de una noche de verano

La vida no sucede del modo en el que una quiere. Tiene ese toque rebelde y algo desaliñado que hace que te enamores de ella y a la vez, que quieras cambiarle de ropa cuando no se presenta del modo en el que esperabas.

Quizás porque es lunes. O porque hoy me ha pillado así el cuerpo. Lo cierto es que he sentido ese impulso de salir corriendo hacia un lugar no sé muy bien cuál y sentarme simplemente a respirar, a sentir que aunque nos ha tocado vivir en esta incertidumbre constante, sigo viva.

Todo en general nos ha cambiado. ¿Para bien? ¿Para mal? Lo cierto es que ya nada es como era antes. Ni yo soy la misma, ni nada de lo que me rodea tiene el mismo sabor. No es una nueva normalidad ni una diferente realidad. Simplemente es un nuevo día, uno detrás de otro, con sus particularidades que nos ha hecho darnos cuenta de que no podemos dar nada por sentado.

Sí que siento que todo nos ha trastocado de algún modo lo que pensábamos de la vida, del futuro y de lo bien que se nos ha dado siempre planear. Esa es la parte que peor he llevado hasta que he sido consciente de que para planear en su sentido más amplio, hay que abrir las alas y dejarse llevar.

Los miedos siguen ahí, disfrazados en cada esquina, en cada duda que nos asalta, en cada noticia que nos clavan a fuego, en cada cosa que no sale del modo que esperamos.

¿Pero quién se equivoca? ¿Nosotras al pensar que la vida será diseñada del modo que queremos? ¿La vida al mostrarnos realmente cuál es nuestro lugar? Al final, deberíamos dejar de escuchar esa voz interior forjada a fuego año tras año, por personas ajenas a una y dejarse llevar hacia donde realmente una es feliz.

Si de algo nos hemos dado cuenta es que el tiempo es muy limitado y que cuando menos lo esperemos todo puede dar un giro inesperado que nos abra los ojos definitivamente.

Si pusiéramos en una balanza un día cualquiera, de esas en las que nos da por reflexionar, si te encuentras en el punto que esperabas hace por ejemplo cinco años, ¿cuánto de lejos te encuentras?

¿Y si le damos la vuelta al pregunta? ¿A cuántos pasos te encuentras de conseguir aquello que deseas? Y si miramos el paso que vamos dando cada día, en lugar de pensar los que nos quedan por dar, ¿dejamos a un lado esa pequeña ansiedad, dudas, incertidumbres?

Todo en parte es un misterio. No podemos adivinar lo que está por llegar, ni saber con una bola de cristal cómo se van a suceder las cosas. Sí que es cierto que el tiempo pasa demasiado rápido (y a más años que cumplo, más rápido lo noto).

La relatividad del tiempo. La magia de la vida. Los misterios de estar vivos. Disfruta el lugar en el que te encuentras. Abraza el momento en el que estás. Enamórate de cada paso que das aunque sientas que has tropezado. Aprovecha cada atardecer para agradecer el haber vivido un día más. Y siente que aunque todos somos reemplazables, el mundo es menos mundo si tú, no estás.

Nos leemos en breve. Disfrutad de la última semana de Agosto!

Con amor,

I.

Reflexiones de una noche de verano

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