La vida es un viaje de ida pero también de vuelta

La vida es un viaje de ida pero también de vuelta

«Nuestro destino de viaje nunca es un lugar,
sino una nueva forma de ver las cosas».

Henry Miller

La vida es un viaje de ida pero también de vuelta.

Sentir que estas donde tienes y quieres estar. Respirar y ser consciente de que en todo momento es «aquí y ahora», lejos de esos ruidos que se instalan en nuestra mente, en la rutina, en el día a día del que hay veces que necesitamos/queremos huir. Qué difícil, ¿verdad?

Reconozco que necesito disfrutar del mes de agosto y centrarme en mí, en hacer del tiempo mi espacio. Algo así como un paréntesis meditado.

Haciendo un pequeño balance, aprovecho para enfocar los últimos meses del año, que se avecina algo incierto, donde nos está enseñando la vida que planificar también consiste en cambiar de planes sin resistencia.

Hace apenas unos meses, estábamos encerrados sintiendo que nos quitaban la libertad, con miedo ante lo desconocido y haciendo malabares para sentir que el tiempo no nos había atrapado. Y ahora vemos el horizonte con la duda, con la incertidumbre de dónde nos va a llevar todo esto.

Reconozco que en estos cuatro meses he sentido un torbellino de emociones, una auténtica montaña rusa donde me aferraba fuerte al manillar esperando que nada de lo que había a mi alrededor cambiara y a la vez, cambiara todo. Me resistía, me emocionaba, miraba hacia fuera y también dentro. Entonces me di cuenta de que debía fluir y dejar que las cosas, la situación y todo lo que me acompañaba fuera adaptándose como el agua.

Pero ahora, me siento y pienso ¿cómo serán estos meses que nos esperan por delante hasta que volvamos de nuevo a cambiar de año? ¿todo esos sueños que se nos han pasado por la cabeza, se cumplirán? ¿cuándo recuperaremos nuestro espacio? ¿sentiremos de nuevo el corazón latir sin miedo? ¿brindaremos sin tener que mantener distancia? ¿seremos tan fuertes como en el fondo nos creemos?

Confío en la naturaleza de las cosas, en la perseverancia de la vida, en los cambios que aparecen para sacudirnos y ponernos en una nueva (o diferente) dirección. Y eso pienso hacer este mes de agosto.

Dedicamos mucho tiempo a ver el mundo que nos rodea pero no a investigar y centrarnos en ese universo entero que tenemos dentro.

Hablamos del amor como si fuera algo externo cuando lo tenemos en la palma de nuestra mano. Busca aquello que te ilusiona, que te llena, lo que te aporta paz y una enorme sonrisa. Dedica tiempo a hacer lo que pospones, a descubrir lo que te da miedo.

La vida es un viaje de ida pero también de vuelta. Todo pasa y a la vez, todo permanece de algún modo a nuestro alrededor.

Y ojalá poner el dedo en algún punto cualquiera. Cerrar los ojos y dar mil vueltas sabiendo que aunque no nos movamos del sitio has descubierto lugares nunca vistos. Que has reído sin un por qué, querido por mil razones y empezado una aventura porque no hay miedo que pueda con una valiente como tú. 😉

Nos leemos la semana que viene! Con amor,

I.

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